La diabetes mellitus es una de la enfermedades con mayor impacto sociosanitario, no sólo por su elevada frecuencia, sino, sobre todo, por las consecuencias de las complicaciones crónicas que comporta esta enfermedad, el importante papel que desempeña como factor de riesgo de aterosclerosis y de patología cardiovascular. (Bosch, Alfonso y Bermejo, 2002)
En el presente blog resumimos las últimas recomendaciones sobre diabetes tipo I y ejercicio: control de la glucemia, insulina e ingesta de hidratos en función del tipo de actividad deportiva a realizar.
DEFINICIÓN Y DESCRIPCIÓN
La diabetes de tipo I está caracterizada por una inadecuada secreción pancreática de insulina, y por la consiguiente necesidad de reemplazo diario de esta hormona a través de inyecciones subcutáneas. En la ausencia de insulina exógena, el transporte de glucosa a las células se ve perjudicado, provocando una progresiva hiperglicemia y cetoacidosis.
El objetivo principal en el tratamiento diario del paciente con diabetes de tipo I es mantener un estado de euglicemia – previniendo la hiper e hipoglicemia – balanceando las influencias de la dieta, el ejercicio, y la insulina sobre los niveles de glucosa sanguínea.
ENTRENAMIENTO Y RESPUESTA A LA INSULINA
La diabetes tipo 1 es una condición difícil de manejar por aquellas personas que la padecen debido a diversas razones fisiológicas y de comportamiento. Esta problemática se torna aún más compleja cuando introducimos la actividad física en la vida del paciente. El ejercicio regular puede mejorar la salud y bienestar del paciente, así como ayudar a lograr su perfil lipídico objetivo, composición corporal y estados de glucemia deseados. Sin embargo, a la hora de hacer ejercicio, existen barreras para todas aquellas personas que la padecen: miedo a la hipoglucemia, pérdida de control glucémico y desconocimiento sobre el control y manejo del ejercicio.
En individuos sanos la respuesta metabólica al ejercicio dependerá, principalmente, de la intensidad y duración de éste.
- Durante las actividades de carácter aeróbico la secreción de insulina decrece mientras que la del glucagón aumenta para facilitar la liberación de glucosa del hígado y poder cubrir las necesidades energéticas del músculo activo.
- Este descenso en la concentración de insulina no resulta tan acusado durante el ejercicio de carácter anaeróbico debido a la menor duración de este tipo de ejercicios, así como a las distintas vías de aporte de energía empleadas (lactacto, fosfágeno y glucógeno muscular principalmente). Durante la recuperación de este tipo de ejercicios la concentración de insulina aumenta por encima de la línea de base para compensar el aumento de glucosa en sangre causado por las hormonas contrarreguladoras.
¿Qué ocurre en las personas diabéticas? La respuesta glucémica al ejercicio está influenciada por la ubicación del suministro de insulina, la cantidad de insulina en circulación, la concentración de glucosa antes del ejercicio y la composición nutricional de la última comida, así también como la duración e intensidad del ejercicio.
- Durante el ejercicio aeróbico la concentración de glucosa desciende en la mayoría de individuos con diabetes tipo I, a menos que ingieran carbohidratos, debido a que la concentración de insulina circundante no puede reducirse tan rápidamente al comienzo de la actividad. Esta concentración de insulina podría incluso seguir creciendo debido al incremento de flujo sanguíneo al tejido adiposo subcutáneo durante el ejercicio. Como consecuencia, generalmente, se produce una hipoglucemia a los 45′ de haber iniciado el ejercicio.
- En comparación con el ejercicio aeróbico los entrenamientos interválicos de alta intensidad atenúan la disminución de la glucemia debido al incremento de hormonas contrarreguladoras. No obstante, durante ejercicios de carácter anaeróbico (sprints, levantamiento de pesas, etc) la concentración de glucosa tiende a aumentar.
RECOMENDACIONES ANTES DEL EJERCICIO
Estrategias generales para un adecuado manejo de la glucosa:
Panel 1. Concentración de glucosa en sangre antes del comienzo del ejercicio físico y recomendación de estrategias para el manejo de la glucosa
Los hidratos de carbono ingeridos ayudan a estabilizar la glucemia al inicio del ejercicio físico. La glucosa en sangre antes de comenzar el ejercicio también debe ser vista desde un contexto más amplio. Los factores a considerar incluyen tendencias dirigidas a optimizar las concentraciones de glucosa e insulina, la seguridad del paciente, y las preferencias individuales basadas en la experiencia. Los hidratos de carbono ingeridos necesitan aumentarse si la circulación de insulina es alta en el momento del ejercicio.
Glucemia inicial al ejercicio por debajo de los niveles recomendados (<5 mmol/L; <90 mg/dL)
- Ingerir 10-20 g de glucosa antes de comenzar el ejercicio.
- Retrasar el ejercicio hasta que la glucosa en sangre sea mayor de 5 mmol/L (>90 mg/dL) y vigilarse atentamente para evitar futuras hipoglucemias.
Glucemia inicial al ejercicio cercana a los niveles recomendados (5-6,9 mmol/L; 90-124 mg/dL)
- Ingerir 10 g de glucosa antes de empezar un ejercicio aeróbico.
- Ejercicios anaeróbicos y sesiones de entrenamiento de alta intensidad pueden comenzarse.
Glucemia inicial al ejercicio en los niveles recomendados (7-10 mmol/L; 126-180 mg/dL)
- Ejercicios aeróbicos pueden comenzarse.
- Ejercicios anaeróbicos y sesiones de entrenamiento de alta intensidad pueden comenzarse, pero teniendo en cuenta que la glucosa en sangre puede elevarse.
Glucemia inicial al ejercicio ligeramente por encima de los niveles recomendados (10,1-15 mmol/L; 182-270 mg/dL)
- Ejercicios aeróbicos pueden comenzarse.
- Ejercicios anaeróbicos pueden comenzarse, pero teniendo en cuenta que la glucosa en sangre puede elevarse.
Glucemia inicial al ejercicio por encima de los niveles recomendados (>15 mmol/L; >270 mg/dL)
- Si la hiperglucemia es inexplicable (no asociada a una comida reciente), comprueba las cetonas en sangre. Si éstas están ligeramente altas (> 1,4mmol/L), el ejercicio debe ser sustituido por un ejercicio de intensidad ligera y corto en el tiempo (no >30 min) y puede llegar a ser necesaria la administración de una pequeña dosis de insulina antes de comenzar el ejercicio. Si las cetonas en sangre son altas (≥1,5 mmol/L), el ejercicio físico está contraindicado y la gestión de la glucosa debe ser iniciada rápidamente según los consejos de un equipo profesional en el cuidado de la salud.
- Un ejercicio aeróbico leve-moderado puede comenzarse si el nivel de cetonas en sangre es bajo (<0,6 mmol/L) o las cetonas en orina son menores de 2+ (o <4,0 mmol/L). Las concentraciones de glucosa en sangre deben monitorizarse durante el ejercicio para detectar y evitar que la glucosa incremente mucho. El ejercicio intenso debería ser iniciado solo con precaución ya que podría provocar una fuerte hiperglucemia.
La diabetes mellitus es una de la enfermedades con mayor impacto sociosanitario, no sólo por su elevada frecuencia, sino, sobre todo, por las consecuencias de las complicaciones crónicas que comporta esta enfermedad, el importante papel que desempeña como factor de riesgo de aterosclerosis y de patología cardiovascular. (Bosch, Alfonso y Bermejo, 2002)
En el presente blog resumimos las últimas recomendaciones sobre diabetes tipo I y ejercicio: control de la glucemia, insulina e ingesta de hidratos en función del tipo de actividad deportiva a realizar.
RECOMENDACIONES NUTRICIONALES ANTES Y DURANTE EL EJERCICIO
Estrategias generales para una adecuada ingesta de hidratos de carbono (CHO) y prevención de la hipoglucemia:
Comida (baja en grasas, bajo índice glucémico) consumida antes del ejercicio
- Ante bajas condiciones de insulina ⇒ Consumo mínimo de 1 g de CHO por kg de peso acorde a la intensidad y tipo de ejercicio.
- Ante altas condiciones de insulina ⇒ Consumo mínimo de 1 g de CHO por kg de peso acorde a la intensidad y tipo de ejercicio.
Comida o tentempié consumido justo antes del ejercicio (alto índice glucémico)
- Ante bajas condiciones de insulina ⇒ Si la concentración de glucosa en sangre es menos de 5 mmol/L (< 90 mg/dL), ingerir 10-20 g de CHO.
- Ante altas condiciones de insulina ⇒ Si la concentración de glucosa en sangre es menos de 5 mmol/L (< 90 mg/dL), ingerir 20-30 g de CHO.
Comida consumida después del ejercicio
- Ante bajas condiciones de insulina ⇒ Siga la guía de nutrición deportiva para maximizar la recuperación con los ajustes adecuados de insulina para el manejo de la glucemia.
- Ante altas condiciones de insulina ⇒ Siga la guía de nutrición deportiva para maximizar la recuperación con los ajustes adecuados de insulina para el manejo de la glucemia.
Ejercicio (> 30 min)
- Ante bajas condiciones de insulina ⇒ Si la concentración de glucosa en sangre es menos de 5 mmol/L (< 90 mg/dL), ingerir 10-20 g de CHO.
- Ante altas condiciones de insulina ⇒ Puede que necesite 15-30 g para prevenir o tratar la hipoglucemia.
Ejercicio (30-60 min)
- Ante bajas condiciones de insulina
⇒ Ejercicio aeróbico leve-moderado: ingerir pequeñas cantidades de CHO (10-15g/h) dependiendo de la intensidad del ejercicio y la concentración de glucosa en sangre durante la actividad.
⇒ Ejercicio de intensidad alta (anaeróbico): no es necesaria la ingesta de CHO durante el ejercicio salvo que la concentración de glucosa en sangre sea < 5 mmol/L (< 90 mg/dL), entonces, ingerir 10-20 g de CHO; reponer las necesidades de CHO después del ejercicio.
- Ante altas condiciones de insulina ⇒ Puede que necesite 15-30 g de CHO cada 30 min para prevenir la hipoglucemia.
Ejercicio (60-150 min)
- Ante bajas condiciones de insulina ⇒ 30-60 g de CHO cada hora para prevenir la hipoglucemia y mejorar el rendimiento.
- Ante altas condiciones de insulina ⇒ Hasta 75 g de CHO cada hora para prevenir la hipoglucemia y mejorar el rendimiento.
Ejercicio (> 150 min); mezcla de fuentes de carbohidratos
- Ante bajas condiciones de insulina ⇒ Siga la guía de nutrición deportiva (60-90 g/h) con los ajustes adecuados de insulina para el manejo de la glucemia.
- Ante altas condiciones de insulina ⇒ Siga la guía de nutrición deportiva (60-90 g/h) con los ajustes adecuados de insulina para el manejo de la glucemia.
ESTRATEGIAS PARA REDUCIR EL RIESGO DE HIPOGLUCEMIA DESPUÉS DEL EJERCICIO
La sensibilidad a la insulina aumenta durante 24-48 horas tras finalizar el ejercicio. Generalmente las personas con diabetes tipo I sufren hipoglucemia nocturna después de haber realizado actividad física, este riesgo es aún mayor si el ejercicio se efectuó durante la tarde.
Se recomienda por tanto:
- Reducir la dosis de insulina en las horas posteriores a la actividad
⇒ La disminución de insulina programada será de entre un 10-30%, según haya sido la intensidad y la duración del ejercicio. También se reducirá la siguiente dosis de insulina retardada en ejercicios de larga duración.
- Incrementar el consumo de hidratos de carbono
⇒ Debe tomarse una dosis extra de CHO cuando la glucemia después del ejercicio sea inferior a 100 mg/dl . Cuando se realizan ejericios de larga duración se recomienda tomar un pequeño suplemento de bajo índice glucémico antes de ir a dormir.
- Incrementar la frecuencia de autoanálisis de glucemia
⇒ Se recomienda realizar un control 2 horas después de haber realizado el ejercicio o ir a dormir.
CONCLUSIONES
La actividad física regular debería ser un objetivo diario para aquellas personas con diabetes tipo I. El control de la glucemia plantea un reto complejo, tanto para el propio deportista como para el profesional sanitario.
Un conocimiento sólido acerca de la fisiología del ejercicio, así como de aquellas variables que pueden influir en la glucemia durante la actividad, debe ser la base sobre la que se implanten estrategias seguras y eficaces para el control glucémico.
Las recomendaciones aquí descritas deben tomarse como una guía para entender y comprender la diabetes ante el ejercicio. El trabajo multidisciplinar (médico, preparador y deportista) es clave para individualizar las estrategias que mejor se adaptan a las necesidades del propio paciente.
BIBLIOGRAFIA
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Serfaín Murillo (2012). Diabetes tipo 1 y deporte. EdikaMed, S.L.